• El 60% de los encuestados prefiere utilizar tarjetas de crédito o débito, aunque reconoce que no siempre es posible pagar sin efectivo


• El 75% también afirma tener la intención de incrementar el uso de métodos de pago sin efectivo en los próximos uno o dos años, en remplazo al dinero en metálico

El 65% de los malagueños prefiere utilizar algún método electrónico antes que el efectivo a la hora de pagar, según los datos del I Índice de Ciudades Cashless de Mastercard elaborado por Alpha research*. El estudio ha recopilado las opiniones de 3.000 personas de diez ciudades españolas (Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao, Sevilla, Murcia, Vigo, Palma de Mallorca, Zaragoza y Málaga) sobre su grado de conocimiento de los medios de pago disponibles, sus preferencias al respecto y el uso que hacen de cada uno de ellos en sus transacciones diarias (comercio, hostelería, ocio, transporte o administraciones públicas).

Entre todas las alternativas disponibles, las tarjetas de crédito o débito tradicionales (39,7%) y contactless (20%), destacan como la opción preferida por encima de los pagos en efectivo (34,7%). Y la ventaja de los métodos digitales aumenta aún más si se suma a quienes optan por el pago móvil (el 1,7%).

A pesar de esta clara preferencia de las opciones sin efectivo en detrimento del dinero en metálico, son muchos los que aún se decantan por este último debido a dos factores: el grado de aceptación y el de conocimiento. De hecho, el 63% de los encuestados reconoce no estar al tanto de todas las formas de pago disponibles. Si se obvia el caso de las tarjetas tradicionales, la opción más conocida es la tecnología contactless (el 89% de los malagueños dicen estar familiarizados con dicho tipo), seguida del pago móvil (83%), el comercio electrónico (71%), carteras digitales (36%) o wearables (31%).

También cabe destacar el hecho de que los malagueños prefieren realizar pagos online en mayor medida que los habitantes del resto de las ciudades analizadas, con un porcentaje que casi alcanza el 4% (Sevilla, la segunda en el ranking, solo llega al 2%).

Los malagueños pagan de un modo u otro en función de lo que compran y dónde lo hacen

Entre los malagueños, al igual que entre el resto de españoles, persiste la idea de que no todos los métodos de pago gozan de la misma aceptación que el efectivo, produciéndose variaciones significativas en función de la naturaleza de la transacción. Por eso, los encuestados creen que es más fácil que un supermercado o un restaurante permitan el pago sin efectivo que un bar.

En el caso de los supermercados, el nivel de aceptación del pago sin efectivo alcanza el 100%, según la percepción de los participantes en el Índice, el dato más alto de todas las ciudades analizadas. Este porcentaje se reduce ligeramente en el caso de los restaurantes (97,9%), los cines y teatros (91,1%), bares (71,1%) o comercios minoristas (68,4%); y más pronunciadamente cuando se compra en máquinas expendedoras (23,4%) o bienes de bajo importe (19,9%).

En la práctica, cuando llega el momento de pagar los malagueños recurren más a los métodos electrónicos en restaurantes (65,9%), cines o teatros (57,6%) o tiendas (64,9%), mientras que se decantan por el efectivo en bares (67,7%) y, especialmente, cuando compran en máquinas de vending (93,5%).

Pese al menor porcentaje en comparación con otros establecimientos, los malagueños se sitúan en los puestos de cabeza a la hora de pagar sin dinero en metálico en bares, donde solo les superan los sevillanos. Y en el extremo opuesto, son los menos optimistas respecto a la posibilidad de pagar con un método electrónico en tiendas o comercios minoristas.

Del mismo modo, a la hora de moverse por Málaga, existe la percepción de que resulta más sencillo pagar sin efectivo en el taxi (según el 74,3% de los participantes en el Índice), que en el autobús o el metro (el 39% de los encuestados afirma haber tenido problemas para pagar sin efectivo en el metro y solo el 23,3% cree que es posible pagar con otro método en el autobús). Al utilizar el coche, el 82,7% asume que es posible pagar sin efectivo en parkings y el 44% afirma lo propio en el caso de los parquímetros.

De nuevo, la realidad es distinta a la hora de pagar, y lo habitual es que los malagueños recurran al efectivo cuando cogen un taxi (es lo que hace el 77,8% de los encuestados), pagan en un parking (69,3%) o un parquímetro (82,6%). Especialmente acusada es la diferencia entre pagar en el metro (el 43,1% lo hace con un método cashless) y en el autobús (solo el 18,3% de los usuarios pagan sin efectivo).

Por último, conviene señalar que los usuarios también empiezan a percibir que es posible realizar pagos electrónicos en oficinas de ayuntamientos (35%) y estatales (36%).

Por eso, los malagueños son optimistas respecto a la posibilidad de depender menos del efectivo en un plazo de uno o dos años: el 75% de los participantes en el estudio pretende incrementar el uso de los métodos de pago electrónicos en este periodo.

Concretamente, el 63% prevé incrementar mucho (el 19% de ellos) o bastante (el 44%) el uso de las tarjetas de débito o crédito tradicionales, mientras que el 74% pretende aumentar mucho (29%) o bastante (45%), sus pagos con tarjetas contactless.

 Según Paloma Real, directora general de Mastercard España, estos resultados se deben a que “muchos establecimientos aún mantienen restricciones al pago sin efectivo para pequeñas cantidades debido a la errónea creencia de que los pagos electrónicos conllevan altas comisiones. Pero la realidad es que las comisiones fueron reguladas en 2004 y desde entonces han bajado casi un 70%. Sin embargo, la percepción de que existe una restricción también afecta a los usuarios, que a veces no se atreven a pagar una barra de pan o cualquier otro bien de bajo importe con tarjeta, lo que en muchos casos es posible y constituye una forma rápida, segura y cómoda de realizar las compras, y ofrecen una mayor velocidad comercial a estos establecimientos”.

El efectivo sigue siendo la primera opción de pago de los españoles, pero no su preferida

En el conjunto de España, el Índice, que analiza el comportamiento de los consumidores en relación a los pagos digitales en distintas áreas (transporte, comercio, restauración y administración), concluye que el efectivo sigue siendo la primera opción de pago de los consumidores, pero no su preferida, y si sigue predominando sobre las demás es, principalmente, por ser la más aceptada.

Entre todas las alternativas, el pago con tarjeta contactless destaca por tener las mejores perspectivas de crecimiento a corto y medio plazo. El 91% de los usuarios afirma conocer dicho sistema, y un 76,5% prevé que incrementará mucho (30,5%) o bastante (46%) su uso en uno o dos años.

Mención aparte merecen otras opciones que, si bien aún no gozan del nivel de popularidad de las tarjetas contactless, también muestran un buen pronóstico de cara al futuro. Así, los españoles prevén aumentar mucho o bastante sus pagos a través de aplicaciones móviles (así lo afirma el 51,5% de los encuestados), wearables (el 45,5%) o tarjetas virtuales (el 37%).

“Los datos que proyecta el I Índice de Ciudades Cashless de Mastercard confirman un cambio de hábitos de los españoles: pagamos más con tarjeta y otras soluciones digitales que permite la tecnología contactless, como el móvil o wearables, pero nos gustaría hacerlo más, si bien no siempre tenemos la posibilidad”, ha apuntado Paloma Real, directora general de Mastercard España, quien ha añadido: “En Mastercard estamos comprometidos con el constante desarrollo hacia una sociedad sin efectivo, más transparente, segura y eficaz, y para ello trabajamos cada día innovando en soluciones de pago que hacen la vida de los consumidores, empresas y administraciones públicas más sencilla”.

*Datos sobre el estudio

El estudio ha sido realizado por Alpha research a partir de 3.000 entrevistas online llevadas a cabo en diez ciudades españolas (300 en cada una de ellas). Los encuestados han sido seleccionados de manera aleatoria en base a unas cuotas de sexo (con el mismo porcentaje de hombres y mujeres) y edad, además de zona geográfica. Las entrevistas se llevaron a cabo entre los días 19 y 30 de abril de 2018 entre personas de 18 años o más. El margen de error general para el estudio completo es de ±1.83% para un nivel de confianza del 95,5%.