Cómo las zapatillas de piel de pescado podrían inclinar la balanza para estas mujeres de Centroamérica
11 DE JULIO, 2022 I POR SOPHIE HARESPili Luna tiene el don de transformar objetos de desecho en tesoros.
Cuando su ex marido se fuera de su casa en Tegucigalpa (Honduras), Luna encontró un par de jeans que, en su apuro, había dejado atrás. En lugar de tirarlos, la licenciada en comercialización de moda se las ingenió para convertirlos en zapatillas de deporte.
Estos zapatos de mezclilla fueron el inicio de la empresa de Luna, VOS Honduras, que pronto estaría fabricando miles de pares de zapatos con ropa vieja y plástico desechado para familias carenciadas.
Hace cuatro años, Luna tuvo una epifanía similar al visitar un pueblo remoto en La Mosquitia, la región más oriental de Honduras. Se detuvo en las pieles de pescado, que las mujeres que filetean la pesca del día dejaban secar al sol, e imaginó un par de zapatillas nuevas y brillantes.
En poco tiempo, Luna estaba experimentando con diversos métodos para convertir los desechos resbaladizos en un cuero de pescado robusto pero flexible. Ahora vende zapatillas, sandalias, zapatos de tacón y accesorios de gama alta hechos con pieles de pescado -plateadas o teñidas de colores vivos- a clientes desde Alaska hasta Andorra. Usando lo que aprendió en el programa LEADS Mujer -dirigido por la Escuela de Negocios INCAE de Costa Rica y patrocinado por Mastercard para mujeres emprendedoras de Centroamérica-, Luna ha formado y dado empleo a más de 180 mujeres que fabrican cuero de pescado en dos pueblos de La Mosquitia y a lo largo de la costa del Pacífico de Costa Rica.
Este trabajo estable genera ingresos muy necesarios para estas mujeres, a menudo madres solteras responsables de alimentar a familias enteras en sus comunidades pesqueras. También les ofrece una manera segura y legal de mantenerse y hasta prosperar en un país donde en mayo, el mes más reciente del que hay cifras disponibles, casi 200 familias por día se embarcaron en una peligrosa travesía hacia EE.UU. debido a las escasas oportunidades económicas que encuentran en su país. En toda Centroamérica, el 75% de las mujeres vive en la pobreza extrema.
VOS Honduras compra la piel de mero y róbalo -que solía descartarse para empeorar la acidificación del océano, pero ahora produce ganancias- y luego la limpia y la empapa durante días en una solución secreta que Luna desarrolló a partir de corteza de árbol y bayas.
"Es como hacer un pastel de zanahoria", dice Luna, de 49 años, cuya madre, diseñadora de moda, le enseñó a coser. "Trabajé en la fórmula hasta conseguir la textura que necesitaba, el grosor que necesitaba, el tacto y el olor que necesitaba".
Trabajando junto a ONGs y organizaciones de desarrollo, Luna aspira a aumentar la demanda comercializando el cuero de pescado texturizado a diseñadores internacionales para que lo utilicen en sus propias creaciones.
"Empoderar a las mujeres es la misión de mi vida", dice. "Sé lo doloroso que puede ser estar en una relación abusiva, donde no eres valorada como mujer porque no traes comida a la mesa".
Luna aprendió a estructurar y ampliar su negocio a través de LEADS Mujer, que forma parte del compromiso de Mastercard como miembro fundador de la Alianza por Centroamérica, para ayudar a más de un millón de mujeres de la región a través de una mayor inclusión digital y financiera. Cada dólar invertido en empresas emergentes lideradas por mujeres en la región genera 78 centavos, versus 31 centavos de las empresas lideradas por hombres, y además las mujeres reinvierten el 90% de sus ingresos en sus comunidades, según la PCA.
El PCA es el núcleo del "Llamado a la Acción" para la inversión regional lanzado por la Vicepresidenta de EE.UU. Kamala Harris, quien se reunió con Luna para conversar sobre su trabajo en la Cumbre de las Américas el mes pasado.
Fue un momento decisivo para Luna. "La gente se va de nuestros países porque no hay oportunidades... Le dije que habré cumplido mi misión cuando Honduras esté exportando materiales innovadores en lugar de separar familias", dice.
Y para asegurarse de que Harris supiera lo que es caminar en sus zapatos, Luna le regaló a la vicepresidenta un par de zapatillas deportivas adornadas con piel de pez plateada y azul.